Acercar a los niños a la naturaleza a través de la vida de los animales con pelo y pluma, es pan comido… Pero interesar a los niños por las plantas, sí que resulta más difícil. A priori, no existe el misterio ligado a la sensibilidad que puede apreciarse en el mundo animal. Las plantas no se mueven, no reaccionan. Sin embargo, las plantas juegan un papel fundamental como soporte de la vida en la Tierra. Por este motivo es fundamental ayudar a los niños a apreciar la vida vegetal, a entender la importancia de las plantas para su vida y la de la salud de su entorno.
La interacción entre los animales y las plantas es un buen punto de partida para interesar a los niños por el mundo de las plantas. El acercamiento sensorial y lúdico al mundo vegetal es una asignatura pendiente en nuestra sociedad. Esa es la razón por la que la película vincula a duendes con árboles o plantas. Así los niños pueden percibir más directamente la vida que encierra cada árbol. Entenderá que las plantas están vivas, que crecen, se transforman, se reproducen y mueren.
Un duende nace cada vez que se planta un árbol. Y los árboles son necesarios porque luchan por el cambio climático, limpian el aire que los humanos respiramos, nos proveen de oxígeno, conservan la energía, ayudan a prevenir la contaminación del agua, nos proporcionan alimento y en general desarrollan una labor beneficiosa para nuestra salud.